Poco antes de su primer viaje como Presidente de Argentina a España, compuse un soneto dedicado a todo político llamado liberal, inspirado, en parte, en Milei. Mi admirado @PedroInsua1 me recomendó publicarlo y, ante el inminente regreso de Milei, me parece un buen momento:

Supongo que lo hacen para evitar que se defina a todos los miembros del Congreso como lo que son: un cáncer para la nación española.

Y así le fue a Perón, por respetar la democracia burguesa.

El liberalismo se basa en el odio a todo lo que sea contrario a la avaricia, la soberbia, la ira e, incluso, la lujuria. Es la ideología del egoísta convertida el derecho inalienable.

Un sujeto con la bandera de España en su perfil manifestando su deseo de que un país extranjero intervenga en nuestro suelo, acaso militarmente. Es un buen ejemplo para comprender el grado de servilismo traidor al que se rebajan algunos, demasiados, compatriotas. Qué asco.

Lo bueno de que esta secta de analfabetos se dedique a predicar su delirante confesión por vía de citas, en plan argumento de autoridad, es que marcan de inmediato su nivel. El socialismo soviético, con Stalin a la cabeza, construyó en 30 años el Imperio que aplastó al nazismo.

Dice eso para ocultar la realidad: que el mundo anglosajón, especialmente Inglaterra y EEUU, es y ha sido siempre la cabeza del narcotráfico internacional. Son ellos, los anglos, los mayores camellos del planeta. Ellos gestionan el mercado de la droga y luego acusan a otros.

Ahora parece extraño pero hubo un tiempo en el que llevar gorro en un interior, no saludar al entrar en un establecimiento o vestirse como un gilipollas se consideraba de mala educación; cuando ser gilipollas era cosa de mal gusto y falta de educación, no lo más normal del mundo.

Nunca está de más recordar el día que Gustavo Bueno le dio una soberana paliza académica al mierda del centro. Bueno fregó el suelo con él y tal fue la paliza, tan descarada la masacre, que Beiras acabó con los puños sobre el mentón, sin saber qué decir. https://t.co/KVPNZbNDqa

Es más delirante todavía: en la película se da a entender que la Revolución de octubre es consecuencia de un pacto de Rasputin con el demonio para destruir la idílica Rusia zarista. Hasta se ve a los bolcheviques entrando en palacio con ayuda de demonios verdes, creo recordar.

Los galleguistas representan la cúspide de la subnormalidad; son el Olimpo de los gañanes. Hace falta ser un cateto de categoría homérica para creer que el español es una suerte de esfera megárica que procede solo del romance castellano, sin influjo del resto de iberorromances.

Dice cuatro acordes, el tío bestia. Sin duda, los nazionalseparatistas patrios ocupan un lugar preeminente en la cumbre del Parnaso de los catetos, y las musas del ombliguismo localista provinciano nutren su espíritu palurdo cada mañana. https://t.co/bQ9BrqLPJc

El idioma de Rosalía de Castro era el mismo que el de Cervantes: el español. Fue, como casi todos los literatos del primer galleguismo, hispanohablante toda su vida y jamás dominó bien el gallego. Su mejor obra está en español, tras negarse a escribir más en «nuestro dialecto».

Hay españoles que, pudiendo expresarse en uno de los más bellos y refinados idiomas convenidos por el hombre, el de Cervantes, deciden hacerlo exclusivamente en una jerigonza local. Yo, hablo el idioma de mi nación. El de Valle-Inclán, Pardo Bazán, Cela o Torrente Ballester.

Bomberos, policías, sanitarios y en general personal de la Seguridad Social, funcionarios de prisiones, gente que trabaja en aduanas, maestros de escuela y profesorado de ESO y Bachillerato -cada vez más-, guardias civiles, personal dedicado a tráfico, etc., no son vagos ni

Claro, por eso el artículo 12 de la Constitución soviética decía aquello de que «el que no trabaja, no come», porque cosas gratis. Podemitas y liberales, gemelos idiotas separados al nacer. Son los Cástor y Pólux de la subnormalidad, por siempre en el firmamento de los bobos.

Un podemita ve a escoria con banderas nazionalseparatistas catalanas, ideología que se fundamenta sobre las mismas fuentes que cimentaron al nacionalismo alemán (con los textos en la mano y partidos filonazis) y piensa: «Este el freno de la ultraderecha.» Subnormales de época.

A estos hijos de la grandísima puta que, además de cipayos negrolegendarios, han cometido un atentado terrorista contra nuestro patrimonio, habría que aplicarles la pena capital para dar ejemplo. Cómo mínimo, es una infamia que pudieran salir caminando y no en coma.

Para enmarcar:

Trump dice que Colón es el primer estadounidense y que Colón era italiano, cuando se naturalizó español. Trump se apropia de nuestros ilustres y los vuelve suyos.

Los yanquis celebran a Colón como símbolo italiano para negar a España, pero tienes que leer en esta red social, a los «patriotas» españoles, diciendo que los anglosajones son aliados de la Hispanidad.