Ayuna de proclamas
hirientes, vacías,
de exigencia y reproches.
Ayuna de caprichos
y ocurrencias,
de murmuraciones,
de impertinencia.
Ayuna de ruido,
de polémicas,
de quejas.
Ayuna de evasiones,
de ensueños,
de tu propio reflejo
en espejos engañosos.
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