Las mejores cosas que me han pasado no las forcé. Llegaron solas. O llegaron “casualmente”. Y cuando las ves con distancia, entiendes que tenían sentido. ¿Qué cosa buena te llegó sin esperarla o por "casualidad"?

Una sociedad con problemas hormonales es una sociedad vulnerable. Y una sociedad vulnerable es muchísimo más fácil de manipular. No es casualidad que lo que te adormece esté tan bien promocionado. ¿No huele a estrategia más que a coincidencia?

La vida no deja de enviar señales. Otra cosa es que estemos demasiado anestesiados para verlas. Pero las señales siguen llegando, como las cartas de Hogwarts a Harry Potter. ¿Por qué la sociedad se ha especializado en ignorar lo evidente?

Hay quien defiende que sin pantallas “te quedas fuera”. Pero… ¿fuera de qué? De la incapacidad para pensar, de la comparación permanente y de un scroll infinito que te roba la vida. ¿De verdad eso es progreso?

En un país donde todos opinan de política y fútbol, casi nadie quiere abrir el cajón del dinero. Preferimos no mirar. Pero lo que no se mira se agrava. ¿Por qué crees que socialmente evitamos este tema o no lo tratamos con normalidad? ¿Cuál es el problema?

Es curioso: todos creemos que “la gente no cambia”. Pero seguimos esperando que cambie nuestra madre, nuestra pareja o medio país. ¿Y si el problema no es la gente, sino la ilusión de que alguien cambiará sin querer cambiar? ¿Por qué insistimos tanto en esa fantasía?

La libertad financiera no da miedo. Lo que da miedo es la identidad nueva que exige. Quizá por eso la sociedad aplaude “ahorra un poco más” pero critica “cambia tu forma de vivir (y de pensar)”. ¿Es casualidad ese miedo… o es exactamente lo que le conviene al sistema?

La gente se indigna con políticos mediocres… pero convive a diario con comida mediocre, sueldos mediocres y relaciones mediocres. ¿Por qué normalizamos abajo lo que criticamos arriba?

Primero fue el tabaco. Ahora las pantallas y el scroll infinito son el tabaco del siglo XXI: Barato, adictivo, siempre disponible. ¿En qué momento seguimos normalizando una adicción colectiva sólo porque la tiene todo el mundo?

La gente sabe luchar, pero no vivir. Cumplir, pero no disfrutar. Resistir, pero no sentir. Parece que vivimos constantemente sobreviviendo. ¿Será por eso que tanta gente “va tirando”, con la agenda llena pero sintiéndose profundamente vacía?

Nunca hubo tanto de todo. Comida, información, ocio, opciones, gente. Y nunca hubo tanto cansancio, apatía, frustración... ¿Cómo es posible que hoy tengamos todo lo que soñaron nuestros abuelos y sin embargo seamos más infelices? ¿Qué nos falta?

Trabajar en una empresa sin valores te acaba desgastando. Pero seguimos normalizando lugares donde sólo importa la prisa, la presión y la producción infinita. ¿En qué momento aceptamos sacrificar nuestros valores por métricas? ¿Por qué seguimos trabajando en empresas así?

No fallamos por falta de fuerza. Fallamos porque el elefante (emociones) tira más fuerte que el jinete (razón). Hoy, en general, tira mucho más fuerte el elefante. ¿Crees que es así? ¿Nos falta determinación del jinete para conducir nuestras vidas?

La gente envidia resultados. Pero nadie envidia procesos, sacrificios o renuncias. ¿Por qué crees que la gente sólo envidia el resultado? ¿Nos hemos acostumbrado tanto a la recompensa rápida que no valoramos el resto?

Cuando tu trabajo no te llena, necesitas compensarlo: compras, caprichos, dopamina rápida. Pero cuando lo que haces te llena el alma… si compras está bien, y si no compras también. ¿Crees que la mayoría compra por necesidad o por vacío?

En una boda que estuve, el DJ sólo ponía estribillos. Todo intensidad. Todo hype. Y pensé: así vivimos hoy. Queremos el pico… pero no el proceso. La cumbre sin el ascenso. La cosecha sin el cultivo. ¿No crees que no estamos perdiendo la vida sólo con el estribillo?

La mayoría ve una queja como un ataque. Pero una queja, bien entendida, es un regalo: alguien se toma el esfuerzo de decirte lo que muchos piensan pero no se atreven a decir. ¿Tú cómo gestionas las quejas: como un problema o como una oportunidad?

Vivimos rodeados de notificaciones, planes y tareas pendientes. Y aún así creemos que “falta tiempo”. No falta tiempo: sobra ruido. ¿Qué pasaría si en lugar de intentar hacer más, intentáramos hacer menos pero mejor?

El error no está en querer más. El error está en poner en peligro lo que necesitas para conseguir lo que no necesitas. ¿Crees que nuestra sociedad confunde “progreso” con “codicia”?

Hay muchas formas de pobreza. Una es no tener qué comer. Otra, trabajar en algo que te da igual. Y otra, usar tu tiempo en cosas que no te importan. ¿Cuál crees que es la forma de pobreza más extendida hoy?