¿Cómo te despides de una persona de la que realmente no quieres despedirte?

Extraño el vínculo, pero también recuerdo tu falta de respeto.

Te mereces a alguien mejor, alguien que no te haga rogar por un “buenas noches”, que no te deje sobrepensando a las 4 a.m., que no te prometa el cielo para luego darte solo migajas. Te mereces quien te mire y piense: “esta persona no se toca, no se daña, no se pierde”. Y como

Si me dejas ir, andá, dejame ir de una vez, no me escribas a las 3 a.m. cuando te pese la cama vacía, no me llames cuando nadie más conteste como yo contestaba, no me busques cuando te falte el abrazo que te calmaba la ansiedad en dos segundos, porque yo no vuelvo a correr detrás

Siempre estuve para ti, ese fue mi gran error.

Te quise proteger y amar como quien te presta el paraguas en la lluvia, te guarda el asiento en el micro, te hace el café justo como te gusta. Pero tú preferiste el frío, la calle sola, el “ya vengo” que nunca volvió. Yo era tu casa con la luz prendida, tú elegiste la noche sin

Si te enamoras de un cuerpo, te enamoras de lo superficial, por lo tanto, tu amor también lo es, checame eso porfa.

¡La maldad en la familia sí existe! Lo digo yo, que tengo personas con mi misma sangre que, sin hacerles ni quitarles nada, me odian, me detestan, hablan mal de mí, no celebran mis logros y envenenan la mente de otros para hacerles pensar que soy una mala persona. ¿Pero saben

Si me preguntaras si volvería contigo diría que no, porque aprendí que el amor no es volver al incendio solo porque extrañas el calor, porque cada vez que te fuiste, me dejaste recogiendo mis pedazos y ya no quiero pegarlos solo, porque merezco alguien que se quede sin que yo

Olvidé que mi corazón es un músculo, así que vete si te quieres ir; aquí nadie te extrañará.

Yo creía que tú sabías de mí, pero ahora veo que nunca miraste hondo. Que sabías de mis cicatrices: la que dejó mi ex que se fue sin decir adiós, la que me hice yo solo por creer en cuentos. Que entendías mis silencios, esos que gritan “quédate” aunque mi boca diga “andate”.

Efectivamente

Ya no confío en ti y esa frase me sale como un cuchillo que me corto yo mismo al decirla. Porque confiar era fácil: cerraba los ojos y saltaba sabiendo que tus brazos me iban a agarrar. Pero ahora cada “te creo” se siente como arena que se escapa entre los dedos. Tus palabras

¿De qué raza será la perra envidia que cargo?

Yo solo estaba intentando amarte, mientras tú te desarmabas frente a mí. Te busqué, te esperé, te entendí. Te cuidé incluso cuando me dolía hacerlo y sin embargo, cuando fui a buscarte una vez más con la esperanza rota, pero viva y con el corazón en la mano… te ví. Te ví, en los

Llegaste a romper el hielo en mí y no fue con un martillo, fue con tu risa y atención. Yo era un témpano: hablaba poco, sonreía menos, tenía el corazón en modo invierno eterno, pero tú, con esa forma de mirar como si ya me conocieras de otra vida, empezaste a derretirme.

No creía en nada, ni en el amor, ni en las casualidades, ni en que alguien pudiera cambiarme el rumbo. Vivía en gris, con el corazón en modo avión, hasta que apareciste tú de golpe, una mirada tuya y todo se prendió fuego: empecé a creer en mariposas, en canciones que hablan de

Cuando no tengas dónde ir, ven a mí. No importa si es de noche, si llueve o si el mundo te pesa demasiado: mi puerta, mi pecho, mi silencio, siempre van a tener espacio para ti. No te pido explicaciones, solo que llegues. Porque aquí no hay juicios, solo un lugar donde puedes ser

Empatía es ponerte en mis zapatos sin que te los pida, sentir mi dolor como si fuera tuyo, mi risa como si la hubieras inventado tú. No es solo decir "te entiendo", es callar cuando hace falta, abrazar cuando las palabras sobran, y ver el mundo desde mis ojos cansados. Porque con

El amor después del amor es como aprender a caminar de nuevo, con pasos torpes pero valientes. Es encontrar luz donde creías que solo había cenizas, redescubrir que tu corazón aún late fuerte, aunque lleve cicatrices. No es el mismo amor, es uno nuevo, más sabio, que abraza sin