Todos sabemos que julio es uno de los mejores meses para trabajar la técnica y la táctica individual en edades formativas. Los otros son: septiembre, octubre, noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo, abril, mayo y junio.
Infantiles. 13 años. Acaba el partido y lo primero que hacen es mirar en la App cuántos puntos han metido. 😡
Claro que la App no refleja los balones perdidos, ni la falta de actitud, ni de intensidad, ni el lenguaje no verbal, ni tantas otras cosas.
Me cago en la puñetera App.
No queridos padres, no es "mi hijo no va a entrenar hoy porque tiene que ir al cumpleaños de un amigo".
Hay que darle la vuelta. "Amigo, no iré o llegaré tarde a tu cumpleaños porque tengo entrenamiento"
Cuestión de prioridades y de compromiso con sus compañeros.
Hoy quiero acordarme de esos equipos y de sus entrenadores/as que NO ganan ningún partido y sin embargo no dejan de entrenar con entusiasmo y, además, cada fin de semana se desplazan a jugar con la misma ilusión del primer día.
Si se tiene que decir se dice: SOIS GRANDES
Hay niños que faltan a entrenar más que sus compañeros y entrenan esforzándose menos, pero luego sus padres quieren que en los partidos jueguen el mismo tiempo.
No creo en el reparto de minutos porque sí, hay que premiar el compromiso y el esfuerzo por encima de otras cosas.
Un entrenador de Basket sacó de inicio a 10 jugadores, los árbitros le indicaron que no era posible, pero él insistía hasta que le pitaron técnica, entonces se giró a la grada y les dijo a los padres de sus niños, ¿veis como no es posible que jueguen todos?
#LeyendeasdeVerano
Días de trasiego de jugadores.
Padres, NO; no cambiéis a vuestro hijo de su equipo de siempre por otro que gana. Llevadlo donde esté el mejor entrenador, ese que mejor forma y le ayuda a crecer.
El mejor entrenador para tu hijo no tiene por qué estar en el equipo que gana
Les pedimos a nuestros jugadores que jueguen rápido, muy rápido, tanto que lo hacen POR ENCIMA DE SUS POSIBILIDADES FÍSICAS Y ESPECIALMENTE TÉCNICAS y claro, cometen pérdida tras pérdida mientras nosotros nos frustramos por sus errores.
Luego llega Porfirio Fisac y nos lo aclara.
Debemos enseñar a nuestros jugadores a romper la inercia cuando esta tiende a ser negativa:
-Si fallas un tiro, ve al rebote.
–Si pierdes la pelota, ve rápido defender.
-Si tu compañero se equivoca, anímalo.
El juego sigue, nunca acaba con un fallo sino con un acierto.
En tu currículo como entrenador formativo no van a constar ni la pizarra personalizada, ni la marca de ropa que hayas usado. Ni tan siquiera serán relevantes los títulos que hayas logrado.
Lo más importante a tener en cuenta será la huella que hayas dejado en tus jugadores.
Fallo: no anotar una bandeja estando el jugador solo. Error: no hacer balance defensivo porque se queda lamentando.
Fallo: dar un pase a un compañero solo y que el rival lo robe. Error: No dar el pase porque el jugador bota mirando al suelo.
El fallo está permitido, el error NO
No confundir términos.
Querer que el niño juegue el sábado porque no falta a entrenar, es como querer que apruebe porque no falta al colegio.
Una cosa es ir al cole y otra es atender y estudiar.
Una cosa es ir al entrenamiento y otra es estar concentrado y entrenar.
#RespetoMutuo
Si cuando tratas de corregir a un jugador después de un error, te da por respuesta un "esque", ten claro que no estará aprendiendo de ese error, estará justificándolo.
¿Es cosa mía, o cada vez hay más Mr. Esque? 🤔
Los entrenadores de esos equipos que nadie quiere entrenar porque que pierden partido tras partido tienen un mérito ENORME.
¿Su gran triunfo? conseguir acabar la temporada con los mismos niños/as que la empezaron y que continúen todos/as el año siguiente.
GRANDES.
No se puede pretender que los entrenadores formativos echemos horas y horas preparándonos y entrenando como si fuéramos profesionales, y al mismo tiempo pagarnos como a un amateur.
Un buen entrenador formativo 𝐜𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐩𝐨𝐜𝐨 y, sin embargo, 𝐯𝐚𝐥𝐞 𝐦𝐮𝐜𝐡í𝐬𝐢𝐦𝐨.
Pasan los años y aquellos niños/as que entrenaste se convierten en hombres y mujeres.
La gran mayoría de ellos/as no se acordarán de los ejercicios que hacías, ni de la táctica que usabas; de lo que SÍ se acordarán será del trato que les dispensaste, eso no se les olvidará nunca.
Hay cosas que no tienen precio para un entrenador, como la ACTITUD del jugador, el COMPROMISO Y EL COMPAÑERÍSMO, y no aparecen en las estadísticas de las malditas apps.
Empiezas la temporada y te encuentras con niños que nunca han hecho deporte federado y con unos padres que, de repente, pierden el control de sus fines de semana.
Acabas la temporada con niños enganchados y padres comprometidos.
¿Acaso eso no es ganar?
Todos los entrenadores formativos mal llamados ganadores, deberían pasar, al menos, 1 temp. con un equipo de esos que no sólo no ganan, sino que además reciben palizas. Seguro que su forma de ver la competición cambiaba sobremanera.
Un año en el barro te pone los pies en el suelo
Haces el curso de entrenador con mucha ilusión y entusiasmo y acabas por obtener el título, pero lo que te dan es como un ovillo de lana en el que te descubren la punta, ahora te toca ir desenrollando la madeja.
El título habilita, pero no capacita. No dejes de aprender.
Hay en todo club ese tipo de entrenadores que se resisten a dirigir a un equipo del barro, de esos que que gana pocos partidos. Siempre escogen de lo mejorcito para no ver afectada su autoestima. Son entrenadores que no están al servicio de su club, sino al servicio de su ego.
Mucho ánimo a esos entrenadores/as, y a los jugadores, que no ganan ni ganarán ningún partido durante la temporada.
¿Su gran triunfo? Seguir yendo a entrenar cada día y acabar la temporada con el mismo nº de jugadores que la empezaron y encima continuar el año siguiente.
Enseñar a nuestros jugadores a romper la inercia cuando esta tiende a ser negativa no es fácil:
-Si fallas un tiro, ve al rebote.
–Si pierdes la pelota, ve rápido defender.
-Si tu compañero se equivoca, anímalo.
El juego sigue, nunca acaba con un fallo sino con un acierto.
Que 20 años después te abrace aquel jugador que tanto te hizo pasar, que te sonría y te diga: "gracias entrenador por tanta paciencia!", eso, eso no tiene precio.
Y ahora que alguien me diga que eso no es GANAR
Hay bastantes niños hoy que no saben distinguir cuando les estás corrigiendo y cuando riñendo.
Cada vez hay más que no soportan que los corrijas delante de sus compañeros, son intolerantes a una enmienda.
Caritas. Gestos. Otros son auténticos "Mr. Esque".
#sobreproteccion
La aplicación te dice cuántos puntos ha metido tu hijo/a y el tiempo que ha jugado; lo que no te dice son los puntos que ha metido el jugador/a que defendía tu hijo/a, ni cuántos de los minutos jugados lo ha hecho a tope.
La estadística no dice todo, y puede llamarte a engaño.
El jugador no puede decidir cuántos minutos juega, eso depende del entrenador...,pero sí puede decidir la intensidad, la concentración y la aptitud con la que juega los minutos de que dispone.
Siempre es mejor centrarse en lo que uno controla, y no bajar nunca los brazos.
Debemos enseñar a nuestros jugadores a romper la inercia cuando esta es negativa:
-Si fallas un tiro, ve al rebote.
–Si pierdes la pelota, ve rápido defender.
-Si tu compañero se equivoca, anímalo.
El juego sigue, la acción nunca debe acabar con un fallo sino con un acierto.
En unos años "tus niños/as" no se acordarán de tu metodología, ni de sistema de juego, ni de esa jugada infalible, ni de la defensa presionante que practicabas, pero si recordarán el trato que les diste y los valores que les inculcaste.
Somos mucho más que entrenadores.
Hace años, el niño que no jugaba, o lo hacía poco, por lo general se rebelaba contra su situación entrenando mucho más y mejor.
Ahora el niño que juega poco o no juega, normalmente se limita a no ir a entrenar poniendo eso como excusa.
Lo que va de ayer a hoy.
En categorías formativas, el entrenador debe ser un referente, un modelo de conducta a seguir y un transmisor de valores; eso justamente es lo que deben evaluar los padres y no los conocimientos téc-tácticos del entrenador, o si gana + o - partidos, esto debería ser secundario
Los niños van a informática y no están presentes los padres. Van al conservatorio y no están los padres. Los niños van a clases de idioma y no están presentes los padres. Van a los entrenamientos y... ¿por qué están presentes algunos padres en los entrenamientos? Qui lo sá?
No eres entrenador formativo si no has llevado el carro de los balones. Si no has portado los conos. Si no has consolado a un jugador/a tras una caída. Si no te has divertido con tus jugadores. Si no has hablado con sus padres.
Sigue tú ;)) Si no...
Final de temporada. Los coordinadores y padres no deben evaluar el trabajo del entrenador sólo en función de victorias o derrotas.
La evolución de los niños, el trato del entrenador con ellos, la transmisión de valores, etc. son elementos mucho más importantes que ganar o perder
En categorías formativas el entrenador debe ser un referente, un modelo de conducta a seguir y un transmisor de valores; eso es, creo, lo 1º que deberían evaluar los padres para decidir dónde juega su hijo, en 2º lugar vendrían los conocimientos técnico-tácticos del entrenador.
Ganar títulos en categorías formativas está muy bien, pero son como las metas volantes del ciclismo, dan puntos pero no es el final de etapa, no es el objetivo.
La meta es llevar a nuestros jugadores a su mejor nivel técnico-táctico posible y, además, hacerlos mejores personas.
Por ser jugador, ex jugador o padre de jugador no te creas ya entrenador formativo.
Además de saber mucho, hay que saber QUÉ enseñar, CUÁNDO enseñarlo, y muy espacialmente CÓMO enseñarlo.
Tener conocimientos no significa ni mucho menos ser entrenador. Es un error creerlo.
Pitas el final den entrenamiento y oyes de tus jugadores un ¿¡𝐘𝐀𝐀𝐀!? al unísono entre jadeos y cara de cierto disgusto.
Pocas cosas hay más gratificante para un entrenador formativo que escuchar esa palabra interrogativa exclamativa, es tremendamente adictiva.
Una de las mayores frustraciones como entrenador formativo es toparse con un niño que no se esfuerza en progresar, no quiere superarse, y se estanca en un punto del que difícilmente sale mientras sus compañeros lo van dejando atrás técnicamente.
No toda la culpa es nuestra.
Con los años tus jugadores pasarán a ser tus exjugadores y se olvidarán de tus métodos y sistemas tácticos pero, no se olvidarán del trato que les diste ni de los valores que les transmitiste, esos quedarán en su acervo.
Los entrenadores de base debemos centrarnos en desarrollar al máximo el potencial de cada jugador, luego el tiempo y el trabajo dará y quitará.
Muchos jugadores que creíamos cisnes acabarán en gansos. Muchos patitos feos acabarán en cisnes
Una de las mayores frustraciones para un entrenador es ver que a determinados niños no les mueve el placer por entrenar ni competir. Niños conformistas que van a entrenar, sí, pero que no se esfuerzan en progresar y se estancan en un nivel técnico del que difícilmente salen.
Ese jugador que siempre entrena con buena actitud, que escucha y acepta las correcciones, que nunca culpa a un compañero de un fallo, que no se queja del tiempo que juega y que siempre piensa en el equipo; ese es sin duda el jugador que llegará más lejos,...y vale un potosí.
He visto cosas en 46 años que no creeríais.
He visto hacer 40 minutos de defensa en zona en infantiles. Hacer jugadas de saque de fondo a minis que no sabían botar. He visto marcar roles desde premini: tú no botes, tú no tires..
El problema es que lo sigo viendo todavía hoy
Esos jugadores que trabajan como hormigas cuando su entrenador no los está observando, esos son sin duda los que más progresan, independientemente de su nivel de partida.
Dos detalles que no debemos olvidar:
1º-Somos tan buenos entrenadores como el jugador de menos nivel de nuestro equipo.
2º-El mejor jugador de nuestro equipo seguro que ya lo era con su anterior entrenador.
No te hace ser un buen entrenador formativo el hecho de ganar un campeonato. Eres un buen entrenador de base si mejoras lo máximo posible a tus jugadores y, por ende, al equipo.
El entrenador debe ser un referente en categorías formativas, un modelo de conducta a seguir y un transmisor de valores; es ahí donde deberían en primer lugar poner el foco los padres y no si el equipo gana más o menos partidos, esto, siendo importante, debería ser secundario.
Una de las cosas que a algunos entrenadores formativos les cuesta asimilar es el hecho de entender que el grupo que dirige NO es ni su equipo, NI son sus jugadores. SON el equipo y jugadores del CLUB en el que entrenan.
Si no te han ofrecido el equipo que deseabas, no te desanimes. El éxito del entrenador formativo está en mejorar el máximo posible el punto de partida de sus jugadores, no en ganar teniendo el mejor equipo.
Estos bueyes tengo, con estos bueyes aro.
Hace años el niño que jugaba poco por lo general se rebelaba contra su situación entrenando mucho más y mejor. No se rendía.
Hoy el niño que juega poco normalmente se limita a no ir a entrenar poniendo eso como excusa. Baja los brazos.
Lo que va de ayer a hoy.
Si durante el entrenamiento varios jugadores te preguntan la hora, piensa que algo no va bien.
Si por el contrario pitas el final de la sesión y tus jugadores te dicen al unísono ¡¿YAAA?!, eso es música celestial para los oídos del entrenador.
Lo mismo que el hecho de ir al colegio no garantiza que el niñ@ vaya a aprobar, ir al entrenamiento no supone garantía de jugar.
Además de asistir, el niñ@ ha de poner interés y tener una buena actitud para jugar más.
El esfuerzo debe tener premio más allá de la asistencia.
El talento se perdió cuando se acabó el juego en la calle.
Jugar en la calle suponía que no había un adulto diciéndote lo que tenías que hacer ni paraba el juego constantemente.
10 minutos de juego sin normas en los entrenamientos fomentan la creatividad.
#laissezfaire
Que un entrenador deje de corregir a un jugador es un mal síntoma y esto pasa principalmente por dos cosas:
El entrenador no está haciendo bien su trabajo, o bien el entrenador se ha rendido a la dejadez del jugador.
A veces tenemos la culpa y otras no la tenemos.
La valía del entrenador formativo no se debe cuantificar por los partidos que gana, sino por cuánto es capaz de mejorar y elevar de nivel a sus jugadores.
Da igual que haya quienes no tengan esto en cuenta, ese es el verdadero valor de un entrenador de base.
No pidas compromiso a tus jugadores si no das ejemplo.
¿Llegas puntual? ¿Sesión preparada? ¿Con ropa deportiva? ¿Teléfono móvil bien guardado? ¿El entrenamiento es lo más importante en esos momentos?
Si la respuestas son SÍ, es que estás preparado.
Es más complejo y lento enseñar a entender el juego que enseñar jugadas.
Cuesta mucho más, y se valora mucho menos, ser un entrenador formativo paciente que ser un entrenador resultadista.
No. Ni el baloncesto, ni el fútbol, ni el balonmano, ni el fútbol sala, ni ningún otro deporte transmite valores.
Los valores los transmite el entrenador con sus palabras y, principalmente, con sus hechos.
El deporte pone las reglas, los valores los pones tú.
Debemos ser el espejo donde se miren los niños/as: puntualidad, compromiso, vestimenta, planificación, motivación, comportamiento, etc.
Somos un modelo a imitar. El ejemplo tiene más fuerza que las normas.
La palabra persuade, pero el ejemplo es convincente.
Empiezas a entrenar y crees que sabes. Pasan 10 años, miras atrás y dices: ahora sí que sé.
10 años después, vuelves a mirar atrás y te dices: ahora es cuando realmente sé.
10 años más y por fin sabes que hay más por saber que sabido, y ya sabes que no sabes tanto. En esas sigo
Padres, si estáis buscando equipo para vuestro hijo/a, aseguraos de elegir uno con un entrenador/a que tenga experiencia, pasión, conocimiento del juego y transmita valores. Cambiad el orden al gusto.
Un buen entrenador/a puede marcar la diferencia en la vida de vuestro hijo/a.
Ya sabes qué equipo dirigirás la próxima temporada así que márcate un único objetivo: GANAR LA LIGA.
Sí sí, ganar la liga: la de mejorar a tus jugadores, la de que no se vaya ninguno, la que después de un año sean mejores personas. Esa es tu liga. Si encima ganas la otra...👌
En la formación del jugador los entrenadores debemos saber que el proceso será largo y que el resultado de nuestro trabajo diario no lo reflejará el marcador del partido del fin de semana, sino que se verá plasmado varios años después y lo disfrutará seguramente otro entrenador.
De un tiempo a esta parte si los jugadores no están motivados parece que toda la culpa la tenemos los entrenadores. Vale, lo compro, aunque ahí caben muchos matices.
Pero, ¿y a nosotros los entrenadores, quién nos motiva?, porque tirar solos del carro quema, quema mucho.
Entrenadores que se quejan de la falta de fundamentos con la que llegan los jugadores a edad senior.
Son los mismos que cuando ellos entrenan en categorías de base se saltan pasos en la formación del jugador y se centran en lo táctico.
Reclaman a los otros lo que ellos no hacen.
Asistir al colegio es una cosa, pero prestar atención y estudiar es otra. Del mismo modo, asistir al entrenamiento no es suficiente si no se está concentrado y con buena actitud.
No basta con ir a la escuela para aprobar o al entreno para jugar, hay que estar en cuerpo y alma.
Cuando un jugador es novato y tiene carencias técnicas, es relativamente fácil para un entrenador mejorarlas. Pasar del 0 al 5 es sencillo.
El reto está en mejorar los puntos fuertes del jugador. Hacer pasar al jugador del 7 al 9 no está al alcance de todos los entrenadores.
30 EJERCICIOS 1º ANIVERSARIO TRIPILAND
Te dejo 30 ejercicios y tareas para tus entrenamientos.
No te limites a copiar, sácale su alma y quédate con su espíritu y con los que se adaptan a tu realidad y tu filosofía. Hazlos tuyos
Todo empieza a ir mejor cuando te das cuenta que la victoria no tiene tanto valor como le dabas, y aprecias un buen gesto técnico y la progresión de tus jugador
@s
mucho más que ganar.
En el deporte formativo los mejores momentos no están necesaria ni precisamente en los números.
En categorías formativas admitimos los errores de los jugadores como parte de su crecimiento. ¿Por qué no hacemos lo mismo con los árbitros que también se forman en estas categorías?
Jugadores, Entrenadores y Árbitros formándose es igual a coctel de errores. Aceptémoslo.
El éxito para el entrenador formativo no reside en ganar partidos, sino en llevar a sus jugadores a un nivel técnico-táctico superior, el mayor posible. Es ahí donde creo que deberíamos centrar nuestro tiempo y esfuerzo, es ahí donde debemos poner el foco.
Hay muchos padres que no entienden las decisiones del entrenador,... porque ellos no son entrenadores.
Hay entrenadores que no entienden la postura de los padres,... porque ellos no son padres.
Empatía.
Haz lo que algunos entrenadores no hacen:
-Dedica más tiempo a prepararte tú.
-Dedica más tiempo a conocer a tus jugadores.
-Dedica más tiempo a preparar las sesiones.
-Dedica más tiempo a que tus jugadores sepan tomar decisiones.
-Dedica más tiempo a que conozcan el juego.
Los entrenadores formativos debemos cuestionarnos si el trabajo que hacemos en el presente les servirá en el futuro a nuestros jugadores, o sea; deberíamos pensar en el futuro de nuestras decisiones de hoy; y no sólo hablo de cuestiones técnico-tácticas, sino también de valores.
Con el tiempo he aprendido que no es mejor entrenador quien tiene la mayor titulación, sino el que se preocupa diariamente por seguir mejorando, el que tiene todavía más interés que el primer día.
En la formación del jugador los entrenadores de base debemos saber que el recorrido será largo y que el resultado de nuestro trabajo diario no lo refleja el marcador del partido del fin de semana, sino que se verá reflejado varios años después y lo disfrutará otro entrenador.
Que un jugador cometa errores es normal y no tiene nada de especial, forma parte de su aprendizaje.
Lo malo no es que se equivoque, lo malo es que no tome ninguna decisión por miedo al error y muy especialmente a su entrenador.
Entrenadores, jugadores y padres, queremos que se plasme en resultados el esfuerzo de los entrenamientos y partidos, pero los resultados no deberían medirse en las categorías formativas en ganar o perder, los resultados no están en el marcador, sino en la evolución de los niños.
Los entrenadores de formación deberíamos ponderar muchas más cosas que la remuneración mensual, aun siendo esta importante.
Entrenar donde reconozcan tu trabajo y lo valoren, donde sientas afecto y gratitud es mucho más importante que la gratificación de fin de mes.
La táctica cerrada que enseñas hoy a tus jugadores quizá les sirvan una o dos temporadas y sólo en tu equipo.
En cambio, si enseñas a tus jugadores fundamentos, a tomar decisiones y a conocer el juego, le servirá para siempre y en cualquier equipo.
Piensa en mañana, no en hoy.
Se tarda unos años en comprender que el equipo más importante es el que entrenas esta temporada, sin importar ni la categoría ni el nivel que tenga. No lo compares con aquel tan bueno que tuviste, ni con el que esperabas dirigir este año.
Estos bueyes tengo, con estos bueyes aro.
La titulación del entrenador es como la portada de un libro que es necesaria y puede parecer interesante, pero luego hay que ver el contenido.
No podemos juzgar un libro sólo por su portada ni a un entrenador sólo porque tenga título, porque este habilita, pero no capacita.
Si los niños que menos juegan de tu equipo no faltan a entrenar y sus padres están de tu lado, es que están ponderando tu trabajo mucho más allá del fin de semana.
El partido, con ser importante, no es lo más, es mucho más importante el día a día en un entrenador formativo.
Ni ganar significa necesariamente estar haciéndolo bien, ni perder significa estar haciéndolo mal.
Hay equipos mal entrenados que ganan muchos partidos simplemente porque tienen la mejor plantilla, y hay equipos que pierden y se les ve grandes detalles.
Ni blanco ni negro.
Ningún entrenador nace sabido y eso no es culpa de nadie, simplemente es así.
Pero si después de hacer unos cursos y ver unas charlas ya crees que lo sabes todo, de eso sí tienes la culpa tú.
¿Hay un cóctel peor que los árbitros "𝐝𝐞𝐣𝐞𝐧 𝐣𝐮𝐠𝐚𝐫", o sea; que pinten 1 de cada 4 faltas en minibasket, y que haya entrenadores que sepan esto?
𝐒Í, que los árbitros tengan prisa por desplazarse a otro partido, porque entonces pitan 1 de cada 6 y el cóctel es explosivo.
Nada malo hay en que un jugador cometa errores en su toma de decisiones, forma parte del aprendizaje, eso siempre será así. Lo malo es que no tome ninguna decisión por miedo a equivocarse porque sabe que después vendrá la bronca del entrenador, eso sí que frenará su evolución.
Algunos niñ
@s
van a entrenar un cuarto de sesiones menos que sus comapañer
@s
. Cuando asisten a los entrenos se esfuerzan la mitad menos pero... luego sus padres quieren que en los partidos jueguen el doble.
Llevar muchos años viendo baloncesto no significa que sepas mucho del juego, ni tengas idea de entrenar.
Yo llevo 63 años viendo volar aviones y no tengo ni la más remota idea de pilotar uno.
Tener información no es tener conocimientos.
Por mucho que nos enojemos y gritemos en el banquillo los errores de ejecución de nuestros jugadores seguirán ocurriendo, pero esos gritos sí van a cohibir su osadía y su toma de decisiones.
Nuestros gritos desaforados de hoy son los jugadores mediocres y sin iniciativa de mañana
Atrévete a entrenar a ese equipo que nadie quiere. Proponte mejorar a esos jugadores y llevarlos a un nivel superior.
Demuestra que eres entrenador 𝐅𝐎𝐑-𝐌𝐀-𝐓𝐈-𝐕𝐎 y aplícate el dicho: Estos bueyes tengo, con estos bueyes aro.
Hay entrenadores muy buenos para trabajar en categorías superiores que no son válidos para categorías formativas.
Hay entrenadores muy buenos para trabajar en categorías formativas que no son válidos en categorías superiores.
No hay tantos entrenadores que sean navajas suizas.
El entrenador de base es una pieza importantísima del rompecabezas que forma el entorno del jugador y debe ser un referente, un modelo de conducta a seguir. Eso es justamente lo que deben evaluar los padres, y no cuestiones técnico-tácticas, o si se ganan más o menos partidos.