Antes fotografiábamos lo que sucedía. Ahora hacemos que suceda algo… para fotografiarlo. La imagen ya no captura la realidad: la diseña. El presente no se vive: se ensaya para la memoria ajena.

Epicteto y el "dejarlo estar" Es la geometría cruel que define la grieta exacta entre lo que crees que necesitas y lo que eres sin ello.

Kierkegaard y la angustia: No es un síntoma, es el mareo de la libertad. Si no te tambaleas, ya eligieron por ti.

Fromm y el arte de amar: Si el amor “te completa”, es dependencia de manual. Dos mitades no aman: se aferran.

Zambrano y la lucidez vulnerable: “Solo se ilumina lo que tiembla.” Toda revelación surge de una grieta.

El olvido es la forma más honesta de la memoria.

Lo más significativo del mito de la caverna de Platón siempre me pareció esto: Dice Glaucón: -¡Qué extraña escena describes y qué extraños prisioneros! Y Sócrates responde: -Iguales a nosotros.

Tengo una mirada perdida tuya..

Paradoja posmoderna: -El presente es tan inmediato que no llega a suceder.

Pensamos para entender el mundo y terminamos creando otro. “No pienses, mira.” Wittgenstein

Los “vínculos desechables” expresan el malestar de la vida líquida: queremos la seguridad de un lazo profundo, pero sin perder la libertad del individualismo. Y así, nos movemos entre el deseo de conexión y el miedo a quedar atrapados.

En “El payaso y la filosofía”, María Zambrano intuye que quien teme al ridículo, teme a la verdad.

¿Y si lo humano fuera lo que se agrieta cuando intentamos ser fuertes? Nietzsche, en "Humano, demasiado humano", se detiene ahí, donde la fragilidad empieza a hablar sin miedo.

En "Las palabras y las cosas", Foucault muestra algo inquietante: no vemos el mundo como es, sino como nuestra época nos permite verlo.

El mapa no es el territorio, ni la memoria es la vivencia.

Para dudar de algo necesito apoyarme en otras cosas que no pongo en duda. La duda presupone certezas...

Suele decirse: “cuando cambien mis circunstancias, entonces…”. Pero es al revés: precisamente porque las circunstancias son como son, entonces actúo. Es lo que decía Ortega: «Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo.»

Ortega escribió: «Las ideas se tienen; en las creencias se está». Las creencias son casa: dan cobijo, sentido y delimitan el terreno. Las ideas son herramientas: abren ventanas, derriban muros y levantan estancias. Entre ambas se construye la vida: lo que sostiene y transforma.

Si no sabes lo que te pasa, intenta expresarlo. Notarás una mejoría. “Una palabra sin pensamiento es una cosa muerta, y un pensamiento desprovisto de palabra permanece en la sombra.” — Vygotski

Arendt escribió: “No era estupidez, era una curiosa y auténtica incapacidad para pensar.”

Hoy se glorifica la frase: «yo solo estoy siendo sincero». Como si la sinceridad fuese una licencia para herir. Nadie necesita esa sinceridad brutal. Y a nadie le interesa. La convivencia vale más que tu desahogo.